
Los desvelos entre el tachón y la cuenta nueva,
el garrapateo de la insalvada distancia,
la corrección de la versátil ignorancia
del no saber cómo ni qué ni para quién,
ni para quién no es igual a uno en el decir dos
veces el mejor sonido de lo mismo.
Todo ese trabajo, tanto esfuerzo
para uno menos uno, que siempre es cero de acero…
La rima fácil del aguacero, su lagrimeo
más que mudo, supersónico, eterno.
Eduardo Montull FC.
Increíble la Profundidad Poética de Eduardo Montull FC... Nunca deja indiferente