Puertas que se abren pero a ámbitos más oscuros.
Balcones colgando de la amenaza de azotes de viento
y frio y lluvia y en los balcones, racimos de geranios ardiendo
en esa espesa mansedumbre
de sus pétalos de sangre. Pero aquí dentro,
todavía en este momento, aletea el aire
y se posa en la copa de esos pensamientos
de madera que tiene la tierra. Sobre sus copas
y sobre sus melenas verdes, iridiscentes,
que es una palabra muy bonita
que a veces le brota a uno en su alma
apenas cultivada
y nada o casi nada florecida.
Eduardo Montull FC
Bellísimo! Lleno de delicadeza y hondura.